La autoridad significa el derecho de gobernar.
Toda la autoridad le pertenece a Dios porque Él es el creador de todas las cosas.
El obedecer a Dios y someterse a su autoridad es el deber de cada cristiano.
Para ser totalmente obedientes a Dios, debemos obedecer la autoridad delega por Él.
Dios tiene dos maneras de ejercer su autoridad:
- Autoridad directa: es aquella que Dios nos da directamente a través de su palabra o a través del Espíritu Santo. Es, en resumen, lo que él desea que hagamos.
- Autoridad delegada: es aquella en la que Dios elige a determinadas personas para que lo representen y ejerzan su autoridad. Dios no sólo nos guia personalmente, también a través de autoridades delegadas que pueden ser nuestros esposos, padres, maestros, policías, jefes, gobernantes, etc. Estas personas son delegadas por Dios y representan su autoridad; cuando somos irrespetuosos con nuestras autoridades delegadas, estamos desobedeciendo a Dios mismo./li>
Cuatro clases básicas de la autoridad
- La familia:
L“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” (Efesios 5:22-24)
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.” (Colosenses 3:20) - El Gobierno:
La naturaleza humana es pecaminosa y rebelde, Dios estableció las leyes y el gobierno humano. Los maestros, policías, jueces, funcionarios locales y federales, todos son delegados por Dios, y debemos de obedecerles.
“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.” (Romanos 13:1) - La iglesia:
Debemos someternos a las autoridades de la iglesia, delegadas por Dios.
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17) - Trabajo:
“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.” (Colosenses 3:22)
La biblia nos enseña que los empleados deben de estar sujetos a sus jefes, nos sólo a los bondadosos, sino también con los que son difíciles de llevar.
“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.” (1 Pedro 2:18)
La autoridad de Dios es como un paraguas que nos protege de los ataques del diablo. El diablo odia el pueblo de Dios y quiere destruirlo, pero mientras estemos bajo el paraguas de Dios, el diablo no puede tocarnos.
Para agradar a Dios, la cosa más importante que podemos hacer es obedecerle. Para ser totalmente obedientes al Señor, debemos obedecer a sus autoridades delegadas.